Conceptos : El oido de las aves


Estructuralmente el oido de las aves es similar al de los mamíferos. Consta de tres partes: oido externo, oido medio, oido interno. Las primeras dos secciones conducen el sonido del medio ambiente hacia la coclea, la sección del oido interno inmersa en un líquido. Células con vellocidades recogen las vibraciones que se reciben en la coclea y las transforman en impulsos nerviosos que viajan por el nervio auditivo hacia los centros de la audición en el encéfalo medio.
El oido externo carece de la pinae, oreja típica de los mamíferos. Las aves, sin embargo, poseen las plumas auriculares que cubre la apertura al oido y están bajo control muscular permitiendo guiar los sonidos hacia el canal auditivo. En aves acuáticas existe un repliege de piel que se cierra cuando esta se sabulle, evitando cualquier daño al oido por la presión del agua.
El oido medio tiene un solo hueso, la columela, el cual conduce el sonido que llega a la membrana timpánica hacia el oido interno.

En el oido interno encontramos receptáculos cuya función es la percepción de movimiento y posición, canales semicirculares, sáculo y utrículo. Sobre las vellocidades de los receptáculos del balance en el sáculo y utrículo existe una particula de carbonato calizo. Con la fuerza de gravedad halando esta partícula se generan impulsos nerviosos al cerebro, brindando información sobre la posición en el espacio.
El receptor auditivo en la coclea es el Organo de Corti. Estos receptores consisten de células con vellocidades que descansan sobre la membrana basilar. Cuando las vibraciones de la columela llegan a la endolinfa, estas se propogan hasta llegar y activar las vellocidades en la membrana basilar y de ahí por el nervio auditivo al encéfalo medio.
¿Cómo compara la capacidad auditiva de las aves con la de los humanos? La amplitud en la frecuencia de sonidos perceptibles por las aves es más reducida que en los humanos. La percepción optima de sonidos en aves fluctúa entre 1-5 khz de frecuencia. La percepción de sonidos a frecuencias más altas (ultrasonidos) y frecuencias bajas (infrasonidos) disminuyen sustancialmente en las aves. Claro está existen excepciones, particularmente en los buhos, que perciben sonidos a frecuencias más altas que los humanos.
Algunas aves que viven y anidan en cuevas, ej: Vencejos y Guácharos, emiten sonidos y dependen de su audición para navegar en la oscuridad. Estos sonidos no son de alta frecuencia (ultrasonidos) ya que el oido de las aves no los percibe. Estos sonidos fluctuan entre 2-10 khz, emitidos a intervalos de 1 milisegundo.

Biol. 4428 - Ornitología
Profesor Dr. Carlos A. Delannoy
Universidad de Puerto Rico

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